
La Junta de Andalucía ha estimado que el impacto económico de la celebración de las seis ediciones de la Copa del Rey celebradas en el estadio de la Cartuja de Sevilla asciende a un total de 257 millones de euros. Este cálculo se basa en el análisis de la actividad económica generada por la llegada de miles de espectadores, equipos, periodistas y otros profesionales, así como por los gastos derivados de la organización de los eventos.
Según los datos presentados por la Junta, el impacto positivo de estos eventos deportivos va más allá del propio día del partido, ya que incluye los ingresos generados por el alojamiento, la restauración, el transporte, la compra de productos y servicios locales, y las actividades turísticas relacionadas. Además, se destacan los efectos indirectos en el empleo, tanto en la hostelería como en el sector del transporte y los servicios.

El estadio de la Cartuja, que ha acogido en varias ediciones la Copa del Rey, se ha consolidado como uno de los grandes referentes de la ciudad de Sevilla para eventos deportivos de primer nivel. La Junta ha subrayado que esta infraestructura no solo ha sido clave para la realización de estos eventos, sino que también ha servido de escaparate internacional para la ciudad y la región, contribuyendo al posicionamiento de Sevilla como un destino turístico y de ocio.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha resaltado que estos eventos han permitido demostrar el potencial de la ciudad para albergar grandes competiciones deportivas, lo que a su vez impulsa la economía local. Moreno ha añadido que el impacto económico de estos eventos trasciende el ámbito deportivo y se extiende a diversos sectores, incluyendo el comercio, el turismo y los servicios.
Además, la Junta ha resaltado que la celebración de estos eventos ha servido como una herramienta para la promoción de la marca Andalucía, ya que la retransmisión de los partidos a nivel nacional e internacional ha ofrecido una visibilidad significativa para la región.
Con estos cálculos, la Junta reafirma el valor de la inversión en infraestructuras deportivas de calidad y su capacidad para generar retorno económico y social, no solo en el ámbito de la competición, sino también en el desarrollo económico general de la ciudad y sus alrededores.