El Gran Teatro Falla acogió este fin de semana la clausura del XLI Festival Internacional del Títere de Cádiz con una función de gran carga poética y emocional. La compañía El Espejo Negro presentó El Verdugo, un espectáculo aclamado por el público, que despidió en pie una edición repleta de talento y sensibilidad.

Una historia de decisiones y destino

La obra adapta con humor negro y una estética profundamente teatral la historia de José Luis, un joven tímido que trabaja en una funeraria y sueña con emigrar a Alemania para formarse como mecánico. Todo cambia cuando su relación con Carmen, la hija de un verdugo llamado Amadeo, le conduce a un inesperado matrimonio… y a una herencia profesional nada deseada.

Amadeo, próximo a jubilarse, propone a su yerno que solicite su plaza como verdugo, con la promesa de una vivienda estatal. José Luis acepta a regañadientes, creyendo que nunca llegará a ejercer el terrible oficio. Sin embargo, el destino tiene otros planes, y el patíbulo no tarda en presentarse.

Teatro de títeres para adultos

Lejos de un espectáculo infantil, El Verdugo aborda con ironía y profundidad cuestiones como la moral, la dignidad humana y la burocracia. La propuesta de El Espejo Negro, dirigida con maestría y con una puesta en escena cargada de simbolismo, confirma el poder del títere como vehículo para contar historias intensas y conmovedoras.

Aplausos y ovación final

Con esta representación, el Festival Internacional del Títere de Cádiz cerró una de sus ediciones más destacadas, combinando tradición y vanguardia en torno al arte del títere. El público respondió con una emotiva ovación en pie, en una noche que quedará en la memoria del Gran Teatro Falla.