El aceite de oliva vuelve a ser protagonista en los mercados nacionales e internacionales tras registrar un notable repunte en sus ventas, especialmente en la categoría de virgen extra. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de aceite de oliva virgen extra ha crecido más de un 20% en lo que va de año, impulsado por la preferencia del consumidor por productos saludables, naturales y de alta calidad.

Este aumento en la demanda se produce en un contexto marcado por la inflación alimentaria y la subida de precios en los lineales, donde el aceite de oliva ha experimentado incrementos históricos. A pesar de ello, los consumidores siguen apostando por este producto básico de la dieta mediterránea, especialmente en su variedad más pura y valorada: el virgen extra.

Los expertos atribuyen este fenómeno a varios factores. Por un lado, la creciente concienciación sobre los beneficios para la salud del aceite de oliva virgen extra, considerado un “superalimento” por sus propiedades antioxidantes y cardioprotectoras. Por otro, las campañas de promoción y educación alimentaria han logrado consolidar su presencia en los hogares, incluso entre públicos más jóvenes.

Además, el mercado internacional también ha reforzado su apuesta por el aceite de oliva español, que sigue siendo líder mundial en producción y exportación. Países como Estados Unidos, Italia, Japón o Alemania han incrementado sus pedidos, valorando tanto la calidad del producto como la trazabilidad y los controles sanitarios que ofrece el aceite producido en España.

En Andalucía, principal región productora, los agricultores y almazaras celebran este repunte de ventas como un balón de oxígeno en un año complicado por las condiciones climáticas. Aunque la producción total ha sido menor debido a la sequía, la revalorización del virgen extra ha permitido mantener la rentabilidad del sector.

Con este impulso, el sector espera cerrar el año con un crecimiento sostenido y mantener la tendencia al alza de cara a la próxima campaña. Todo apunta a que el aceite de oliva virgen extra se consolida como un producto esencial no solo por su sabor, sino también por su valor nutricional y cultural.