Un vecino de la avenida del Corregidor limpia su cochera inundada tras el paso de la borrasca Claudia ABC
El Ayuntamiento de Córdoba ha informado a los vecinos de la avenida del Corregidor sobre un proyecto hidráulico que combina medidas municipales y actuaciones pendientes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). El objetivo es paliar las inundaciones recurrentes en la zona tras episodios de lluvias intensas.
El Ayuntamiento de Córdoba ha dado a conocer un proyecto destinado a evitar las frecuentes inundaciones que sufre la avenida del Corregidor. Se trata de un problema antiguo que afecta a vecinos y negocios de la zona. En una reunión con vecinos, el Consistorio expuso las actuaciones previstas, desde medidas municipales hasta el encauzamiento de arroyos que vierte al sistema de saneamiento.
Esta labor depende de la CHG, que ha reconocido que no dispone de financiación suficiente para llevar a cabo esas obras hasta al menos 2028.
Entre las actuaciones que sí dependen del Ayuntamiento se incluye la posible instalación de un tanque de tormentas en las cercanías del Instituto Séneca. Esta obra está pensada para contener y canalizar el exceso de agua en caso de lluvias fuertes, con el objetivo de reducir el riesgo de anegaciones en calles y garajes.
Los vecinos que han sufrido inundaciones en anteriores tormentas han expresado su deseo de que las medidas se concreten cuanto antes. La avenida del Corregidor ha demostrado vulnerabilidades importantes en su sistema de drenaje y evacuación de aguas.
Por un lado, el proyecto del Ayuntamiento se inserta en un contexto más amplio de prevención de riesgos: este año ya hubo momentos en los que se declaró la situación de “preemergencia” por lluvias intensas. Se amplió la vigilancia de los servicios municipales y adaptaron medidas urgentes para proteger a la población.
Por otro lado, desde la CHG se señala que para ejecutar el encauzamiento de los arroyos requeridos sería necesario incluir la obra en el próximo ciclo de financiación. Esto pospone su realización al menos hasta 2028 y deja en manos del Ayuntamiento la responsabilidad de avanzar con las soluciones de carácter municipal.
La iniciativa, aunque parcial, representa una apuesta por mejorar la gestión del agua. Reforzar la infraestructura urbana y atender una demanda vecinal histórica para reducir la vulnerabilidad ante episodios climatológicos intensos.

