En una decisión que refuerza los principios de inclusión y acompañamiento pastoral, el Arzobispado de Sevilla ha resuelto permitir que una joven con síndrome de Down del municipio de Benacazón asuma el rol de madrina en un bautismo que se celebrará en la parroquia de Parroquia de Nuestra Señora de las Nieves.
La medida llega tras un proceso de evaluación en el que los responsables diocesanos recabaron testimonios del párroco, de la familia del bautizando y de la candidata a madrina. Según informa la institución eclesiástica, dicha revisión permitió garantizar que la joven cuenta con el apoyo requerido para asumir el compromiso, de conformidad con la normativa interna de la Iglesia.
El Arzobispado lamentó en su comunicado “el daño que ha causado la gestión de esta situación” y ha instado “a la necesaria concordia y al diálogo, sobre la base de la comunión que debe caracterizar la vida de una comunidad parroquial”. Asimismo, ha recordado que la Iglesia contempla “adaptaciones catequéticas que favorecen la inclusión de todas las personas en la comunidad eclesial, basadas en el acompañamiento y prudencia pastoral”.
La familia de la joven y los responsables de la parroquia explicaron que la petición inicial del padrinazgo emergió de un deseo común: que la madrina elegida tenga un vínculo afectivo y significativo con el niño que va a ser bautizado. La decisión del Arzobispado, por tanto, se interpreta como un reconocimiento a sus capacidades y al valor humano que representa para la comunidad local.
El hecho trasciende lo meramente religioso: es también una señal de cambio cultural en el seno de la Iglesia y de la sociedad. La consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, Loles López, ya había manifestado su respeto por las normas de la Iglesia y subrayó que “ese niño sería muy afortunado de tener a esta persona en su vida como madrina”.
La celebración del bautismo se llevará a cabo en la fecha prevista, con los padrinos inicialmente propuestos por los padres del niño. La parroquia de Benacazón y quienes forman parte del equipo de pastoral han expresado su apoyo al acto y su compromiso de que la ceremonia transcurra en un ambiente de comunión, acompañamiento y respeto.
En suma, esta autorización representa un paso importante hacia una mayor inclusión en los espacios eclesiales y sociales. Más allá del sacramento, el acto se convierte en un símbolo de que la fe, la comunidad y el cariño no están reñidos con la diversidad, sino que pueden enriquecerse mutuamente.

