En Darro (Granada), una localidad de poco más de 1.600 habitantes, el consultorio médico permanece cerrado desde octubre de 2024 debido a graves daños estructurales causados por una vivienda okupada justo encima del centro. El episodio ha dejado a los vecinos sin atención sanitaria local durante meses, con el consiguiente malestar por la lejanía del centro alternativo.
Según el alcalde, Manuel Blas Gómez, la incidencia se originó cuando la pareja ocupante, con dos hijos y un tercero en camino, degradó las tuberías de la vivienda antigua (abandonada durante treinta años), provocando goteras que inutilizaron el edificio del consultorio. Las roturas eran severas y hacían imposible el trabajo de los profesionales sanitarios, lo que obligó a trasladar los servicios de medicina de familia y enfermería al municipio vecino de Purullena, a 12 kilómetros de distancia.
Tras el primer cierre, en marzo se realizaron obras de emergencia para reabrir el centro, pero con el inicio de las lluvias las filtraciones reaparecieron y el servicio volvió a interrumpirse. El ayuntamiento sustituyó las antiguas conducciones interiores por tuberías modernas por fuera del inmueble, pero no se pudo desalojar a los ocupantes porque los tribunales consideran que, al tener menores y un embarazo, es difícil autorizar el lanzamiento.
La reparación y mantenimiento del edificio ya suma cerca de 20.000 euros en gastos municipales, sin contar los costes de operación que asumieron los vecinos al desplazarse a Purullena. Ante la persistencia del problema, el ayuntamiento baraja trasladar el consultorio a la Casa de la Cultura, aunque para acondicionar ese espacio también necesitará inversiones que no puede costear solo.
Mientras tanto, la población de Darro permanece con la incertidumbre de cuándo volverá a contar con atención primaria local sin necesidad de desplazamientos prolongados.

