El Colegio de Abogados de Jaén acogió una jornada de formación dirigida a profesionales del turno de oficio especializados en violencia de género, con el objetivo de reforzar su preparación y mejorar la atención a las víctimas. La cita, organizada con el apoyo de la Junta de Andalucía, reunió a magistrados, fiscales, forenses y expertos en asistencia integral a mujeres en situación de violencia.
El encuentro fue inaugurado por el decano del Colegio de Abogados de Jaén, Manuel Martos, junto a representantes de las delegaciones territoriales de Inclusión Social, Igualdad y Justicia. Durante su intervención, Martos destacó la importancia de dotar a los letrados de las herramientas necesarias para ofrecer una atención más humana y eficaz. “Cada víctima necesita más que un expediente. Necesita escucha, comprensión y una respuesta coordinada”, subrayó.
La jornada, que alcanza ya su tercera edición, abordó temas clave sobre la práctica jurídica en este ámbito. Una de las mesas se centró en las nuevas competencias de los juzgados de violencia de género en materia de delitos sexuales. En ella participaron la magistrada Isabel Almagro, el abogado Javier Pulido y la fiscal delegada de violencia de género, Montserrat de la Calle, quienes analizaron los retos que implica la reciente ampliación de competencias judiciales.
Otra de las sesiones estuvo dedicada a la atención a víctimas desde un enfoque multidisciplinar. El médico forense Noel Alberto Díaz y la profesional del Instituto Andaluz de la Mujer Marta Sánchez-Migallón explicaron la importancia de coordinar la asistencia jurídica con el apoyo psicológico y sanitario. “La víctima no puede sentirse sola ni desprotegida en ningún momento del proceso”, apuntó Sánchez-Migallón.
Estas jornadas forman parte del compromiso del Colegio de Abogados de Jaén y de la Junta de Andalucía con la mejora continua de la atención en los casos de violencia machista. La formación pretende no solo actualizar conocimientos legales, sino también fomentar una visión más empática y centrada en la persona.
En un contexto en el que los casos de violencia de género siguen siendo una preocupación social y judicial, la formación constante de los profesionales del Derecho se presenta como una herramienta esencial para garantizar una respuesta rápida, justa y humana ante una de las realidades más duras que afronta nuestra sociedad.

