Sevilla vive estos días un aumento notable en los atascos debido a la próxima entrada en funcionamiento del Tranvibús (TR1), la primera línea de autobús 100 % eléctrico en plataforma segregada de la ciudad. La delimitación de los carriles exclusivos, aún en fase final de obras, está provocando serios problemas de tráfico que afectan a miles de conductores, vecinos y trabajadores.
A excepción de un tramo en la avenida Montes Sierra, el resto del recorrido —tanto en dirección a Nervión como hacia Torreblanca— está prácticamente listo. Sin embargo, la instalación de separadores metálicos para reservar el carril al Tranvibús ha reducido la capacidad circulatoria de avenidas principales como la de las Ciencias y la Kansas City, donde los tres carriles habituales se han visto recortados a dos, generando largas colas de vehículos durante las horas punta.
Las consecuencias se han hecho notar desde principios de septiembre, coincidiendo con la vuelta al trabajo y la escuela. Conductores y residentes reportan atascos continuos en horas críticas, que comienzan en la avenida de las Ciencias y se prolongan hasta la de la Aeronáutica, afectando incluso a las rotondas intermedias. Por la tarde, el caos se repite en sentido contrario, dificultando el retorno a las zonas residenciales.
Usuarios de redes sociales han difundido vídeos que muestran filas de coches de varios cientos de metros, evidenciando que la nueva medida de movilidad, diseñada para fomentar el transporte público sostenible, está generando malestar entre la ciudadanía. Muchos vecinos critican que la planificación no ha tenido en cuenta la alta densidad de tráfico y la falta de alternativas mientras se ultiman las obras.
El Ayuntamiento de Sevilla prevé que el Tranvibús comience a operar a finales de septiembre, pero de momento, la ciudad se enfrenta a un escenario de congestión que amenaza con prolongarse hasta que el nuevo sistema de transporte se estabilice y los conductores se adapten a los cambios.

