En la actualidad nos conmociona el estupor que produce ver cómo sin haber hecho distingo en tres de los cinco sentidos primigenios y aprendidos a fuerza de interminables repeticiones, los actuales eruditos cargados de cargos rimbombantes como CEO, Director, Manager Produce, Director of Research and Development y algunos otros más estrambóticos que el idioma anglosajón presta a empresas de nuestro país, haciéndose así parecer de mayor rango a estos cargos, que no hace sino alejarse del sentido común y menospreciar la potencia de la vista, el oido, el olfato el gusto y el tacto.
Pero claro con tanto “Título Nobiliario” en las tarjetas de vista y ante la notoria y acreditada falta de desarrollo de los sentidos, nos encontramos que las decisiones en fruta y verdura son tomadas por asesores ajenos a la sensibilidad de los consumidores actuales y futuros.
Una de las experiencias que me sucedió en un comité de expertos para valorar el potencial de una fruta, imagínense, una triste pera troceada junto a un bol con no más de cinco piezas de dicha fruta enteras y cinco miembros de un jurado dispuesto a emitir juicio y valoración de si es o no es lo que nuestros clientes necesitan,
Comienza la presentación del producto, describiendo su calendario de producción en distintas zonas y hemisferios así com las características organolépticas y de guarda intrínsecas a la variedad, agotada esta fase nos dispusimos a emitir juicio de valor sobre si es o no es lo que buscamos.
El bol pasó desapercibido, observe absorto como todos asentían con la cabeza resueltos y decididos en plena sintonía con el CEO, que nos encontrábamos ante la reina de las peras, cuando bajo mi humilde opinión no ofrecía nada que ya no estuviese en el mercado.
Ante la pregunta del CEO ¿En qué os habéis basado para vuestra valoración tan positiva? Fue entonces que uno por uno repetía la valoración de su antecesor y adornaban más si cabe con otras cualidades, llegado mi turno discrepé sobre las valoraciones de mis compañeros y argumente como y porque no encontraba especial en esta fruta.
El desconcierto se apoderó de la sala cuando el CEO dijo “Lo único interesante de esta fruta es su calendario”. Estaríamos 90 días solos en el mercado con esta variedad, 45 días en cada hemisferio.
Este relato pone de manifiesto que hay que actualizar los sentidos dotándolos de mayor disposición que los complemente con tenemos el “elle, nosotres…” haciendo más inclusivo la sugestión del sabor para todos los públicos.
Tenemos que incluir para estar más cerca de la realidad actual dos nuevos sentidos, no menos importantes en la sociedad actual que serían: la forma y el color.
Así tenemos que la forma de un albaricoque siempre será similar y presentará una escala de colores que va desde blanco rosado hasta rojo fuego. No siendo necesario la apreciación de gusto, olor y tacto. Lamentablemente el sabor albaricoque en fruta de temporada se ha perdido en la mayor parte del elenco de varietal que actualmente hay en la fruticultura mundial.
Todo esto claro está abriéndonos a nuevos conceptos bajo el amparo de la propuesta sensorial de forma y el color que asociaremos a tres sentidos primitivos: olfato, gusto y tacto. Una fruta que representa claramente bajo mi punto de vista es el Caqui variedad Rojo Brillante, tenemos una forma y color inconfundible durante toda la temporada, sus características principales son firmeza del fruto, su sabor dulce, asociado a una forma y color, ya que un caqui no es así, estamos ante un desarrollo y mejora de una fruta de otoño caída en el olvido. Por este motivo la importancia asociar forma y color a un nuevo sabor.
Si queremos conservar el sabor de las cosas tenemos que fijar patrones que no deje lugar a dudas de lo que estamos comiendo, empresa difícil cuando vemos a nuestros jovenes disfrazar todos los alimentos con infinitas salsas industriales.
Pero no se asusten, no está todo perdido, encontramos el gusto y olfato en productos de consumo infantil/adolescente y en algún nicho de adultos, asociados estos sentidos a los nuevos parámetros que propongo de color y forma.
Si asombren, esto se encuentra a salvo en las CHUCHES, donde un plátano es amarillo con forma de plátano y sabe a plátano, una fresa sabe a fresa es de color rojo con el cáliz tintado de verde y el sabor es fresa, mora igualmente y así todas las frutas están aromatizadas con los sabores y olores primitivos.
Les invito a pasar por lo que antes eran quioscos y hoy convertidas en “boutiques del sabor” y constatar la veracidad y realidad de lo argumentado.
Por cierto, también hay una chuche con forma de botella de una marca de cola, de color verde con el color del producto visible en el cuello de la botella y saben su sabor es de la marca de cola.
Guiándonos con sabores de la infancia, podemos certificar a ciencia cierta. Que sabemos del sabor de ciertas frutas gracias a la industria de la chuches.
Pepe Saorín
Técnico Agrícola.

