Este jueves se volvieron a enterrar los restos de los 22 liberales fusilados en 1824, conocidos como “Los Coloraos”, junto al monumento que preside la Plaza Vieja de Almería, declarado Lugar de la Memoria en 2024. Durante un acto solemne, el féretro fue recibido entre aplausos y discursos que reivindicaron su lucha por la libertad y la democracia.
Los cuerpos, localizados e identificados tras décadas en paradero desconocido, fueron transportados bajo custodia de la Guardia Civil hasta su nueva ubicación en un nicho preparado al pie del monumento. El acto contó con la presencia de representantes institucionales, autoridades locales y miembros de organizaciones de memoria democrática.
El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Víctor Ángel Torres, destacó en su intervención que el homenaje pretende “restaurar justicia histórica” y subrayó que el sacrificio de los Coloraos no fue en vano, pues su legado alimenta la democracia actual. Los discursos también apelaron a la continuidad del compromiso con los derechos y la memoria, para que hechos como los de 1824 no permanezcan en el olvido.
El monumento a los Mártires de la Libertad, también llamado “Pingurucho”, recuerda aquel episodio en que liberales llegados desde Gibraltar intentaron restaurar el régimen constitucional frente al absolutismo. El monumento actual data de una reconstrucción del original demolido en 1943.
La jornada concluyó con una ofrenda floral, interpretación del himno nacional y cantos alusivos a la memoria democrática, en un ambiente cargado de emoción y solemnidad en el corazón del casco antiguo almeriense.

