El Ayuntamiento de Málaga pone en marcha un ambicioso plan de financiación privada para completar uno de sus grandes proyectos culturales: el Auditorio de Música, con un coste total estimado que roza los 210 millones de euros. Ante la negativa del Gobierno central a comprometer fondos, el alcalde Francisco de la Torre proyecta que al menos 110 millones sean asumidos por empresas privadas, mediante aportaciones que incluyen deducciones fiscales atractivas. Entre las fórmulas que se barajan está “dar nombre” al auditorio o a salas dentro del mismo, por periodos largos (se habla de 50 años), y otras ventajas simbólicas como formar parte del “muro de fundadores”.
El proyecto ya cuenta con partida institucional: la Junta de Andalucía aportará 25 millones, la Diputación otros 10 y el Ayuntamiento 20 millones. Además, el terreno ya ha sido adquirido (parcela de San Andrés, junto al puerto) por aproximadamente 9 millones. La parte que falta —los 109 millones privados— continúa siendo la pieza clave para que la obra pueda empezar. El alcalde ha ofrecido incluso adelantar las cantidades que corresponderían al Estado y compensarlas posteriormente si es necesario, como fórmula para desbloquear la ejecución.
Muchos malagueños ven con buenos ojos la iniciativa, aunque también hay voces que alertan sobre el riesgo de depender demasiado de la empresa privada o de que las condiciones simbólicas, como poner nombre al auditorio, acaben afectando su carácter público y cultural. Mientras, el Ayuntamiento sigue abierto al diálogo con inversores dispuestos, conscientes de que este proyecto supone una oportunidad para dinamizar la ciudad tanto culturalmente como económicamente, reforzando Málaga como referente artístico en el Mediterráneo.

                        