La Universidad de Sevilla ha celebrado el jueves unas elecciones para elegir a su nuevo rector o rectora que han sido calificadas como un hito por su carácter “insólito y más democrático”. Por primera vez en 21 años, el proceso se ha realizado mediante sufragio universal ponderado, lo que ha permitido participar tanto a los más de 60.000 estudiantes como al personal docente e investigador y al personal de administración y servicios, en un total estimado de más de 119.000 personas con derecho a voto.
Se presentaron siete candidaturas, cuatro vinculadas al equipo del rector saliente y tres externas, que plantearon propuestas de cambio en cuestiones como la descentralización de la universidad, una mayor autonomía de los centros, la transparencia y la mejora de las condiciones laborales. El nuevo rector será proclamado directamente si reúne más del 50 % de los votos en esta primera ronda; en caso contrario, se celebrará una segunda vuelta el 10 de noviembre entre los dos candidatos más votados.
Estas elecciones marcan una transformación significativa en el sistema de gobernanza universitaria de la institución, que pasa de un modelo cerrado al claustro a uno mucho más abierto y participativo. La comunidad universitaria seguirá muy atenta al desarrollo del nuevo mandato, que se extenderá por seis años y tendrá como retos clave garantizar la financiación, impulsar nuevas titulaciones y fortalecer la gestión interna de la universidad

